El primer dolor del día es despertar con la luz de la pieza encendida, estaba muy cansada y me dormí sin notarlo. Tú no te levantaste ni entraste a mi pieza para ver si todo iba bien, no te diste cuenta de que mi luz estaba prendida y no pudiste apagarla. Sé perfectamente cuanto desearías poder hacerlo.
Segundo dolor del día: ir al hospital. Recordar que la vida es un hospital.
Tercer dolor del día: llegar a casa y sentirte barriendo la calle, pero no estás.
Cuarto dolor del día: barrer la calle.
Quinto dolor del día: estudiar de forma ininterrumpida, porque no viniste a conversar conmigo sobre algo que se te haya venido a la mente.
Sexto dolor del dia: estoy leyendo y es tarde, esta vez no me he quedado dormida. No entras a mi pieza a ver si todo va bien ni me dices "duerme, es tarde".
Cuan dolorosa puede ser la nada. El vacío. Tu ausencia.